FebrerO


Febrero, límite del invierno; periodo de entretiempo en el que un día sales helada de tu casa y regresas con todos los abrigos entre las manos.

El año ha avanzado bastante poco, pero dos meses son mucho para ti. Para ti un nuevo año no es un comienzo de vida, ya han sucedido cosas antes de las que no te puedes desprender por más que quisieras. Sucesos inesperados, que hacen de la vida algo por lo que levantarse, transforman levemente la rutina en tu rutina.

Sí, mi vida, nos vamos conociendo, las cosas van siendo cada vez más predecibles, más fáciles de resolver, vamos controlando aquello que se nos venía encima y hacía nuestros días agónicamente interminables, aún puede ser difícil a veces, pero debemos de darle la razón (por mucho que nos pese) a nuestros mayores cuando dicen que hablan por algo. Sí, la experiencia lo es todo para no volver a sufrir por cosas estúpidas como los enamoramientos... (tan habituales en mi vida...). Te crees que volverás a caer una y otra vez, sin embargo, llega un momento en el que dices: “basta” y entonces se acaba. Así sin más (que la pena dura tanto como quieras tu seguir llorando...)

Todo llega a una especie de clímax en el que pese a todo, no puedes parar de sonreír, en el que te dan arrebatos de placer mientras vas andando por la calle y no gritas por no ser un notas, o mientras miras a una amiga sin fuste y te lanzas hacia su mejilla. No puedes evitarlo, sonríes, tus ojos sonríen. Sabes que no siempre va a ser así, que lamentablemente hay cosas mayores que pese a nuestros esfuerzos, cambian nuestra vida para siempre, de repente o poquito a poco.

Entre tiempo, así estoy yo.

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